29/9/2025
En el proceso de digitalización del sector de las Utilities, la transformación tecnológica ya no se mide solo en términos de nuevos dispositivos o sensores instalados, sino en la capacidad de las organizaciones para hacer que diferentes sistemas, plataformas y tecnologías dialoguen de manera coherente e integrada. En este contexto, la interoperabilidad es la clave para construir un ecosistema eficiente, flexible y realmente orientado al valor de los datos.
Las empresas de Utilities operan tradicionalmente en infraestructuras amplias, heterogéneas y estratificadas a lo largo del tiempo. Las redes eléctricas, de agua, gas, térmicas y medioambientales suelen coexistir con sistemas de información desarrollados en épocas diferentes, basados en arquitecturas propietarias y lenguajes que no siempre son compatibles entre sí. El resultado es un mosaico tecnológico que puede ralentizar la evolución digital y generar ineficiencias operativas.
Con la llegada de los contadores inteligentes, los dispositivos IoT, las plataformas en el cloud y las herramientas de análisis avanzado, el volumen y la variedad de datos crecen de forma exponencial. Sin embargo, sin una interoperabilidad real, se corre el riesgo de crear nuevos silos digitales, difíciles de gestionar e incapaces de ofrecer una visión unificada de las redes.
En el contexto de los servicios públicos, la interoperabilidad puede definirse como la capacidad de los diferentes sistemas y tecnologías (hardware y software) para intercambiar datos, comprenderlos y utilizarlos de manera eficaz. No se trata solo de compatibilidad técnica, sino de armonización funcional y semántica de los datos, lo que permite que las plataformas y los procesos funcionen juntos sin restricciones ni barreras.
Un ecosistema interoperable permite:
La interoperabilidad está estrechamente relacionada con el concepto de integración de sistemas. Solo a través de una infraestructura informática capaz de conectar los diferentes componentes del ecosistema, desde el campo hasta la trastienda, es posible construir una cadena de valor digital coherente. Integrar sistemas en el contexto de los servicios públicos significa conectar entre sí diferentes componentes (hardware, software y datos) para que puedan comunicarse, intercambiar información y colaborar en los procesos operativos. Esto incluye la medición inteligente, el telecontrol (SCADA), la gestión de activos, los GIS, los CRM, los sistemas de facturación y las plataformas de análisis. El objetivo es superar los silos de información y obtener una visión unificada y coherente de toda la red.
La integración de los sistemas permite:
La integración de sistemas en el ámbito de los servicios públicos requiere la capacidad de superar obstáculos técnicos y organizativos, entre los que se incluyen sistemas heredados no diseñados para interoperar, diferencias de protocolos y formatos de datos entre dispositivos y plataformas, crecientes necesidades de seguridad y cumplimiento normativo con la interconexión de sistemas y la escalabilidad de las arquitecturas de integración para gestionar volúmenes de datos cada vez mayores.
Las mejores prácticas a seguir incluyen:
Para alcanzar un alto nivel de interoperabilidad, las empresas de servicios públicos necesitan plataformas de gestión abiertas y agnósticas, diseñadas para comunicarse con cualquier dispositivo o protocolo de comunicación. En este sentido, las soluciones desarrolladas por Terranova se distinguen por su capacidad para funcionar independientemente de los fabricantes, modelos o tecnologías de transmisión, integrando en un único entorno los datos procedentes de dispositivos heterogéneos.
Esta flexibilidad permite a los gestores evolucionar gradualmente la infraestructura digital, sin sustituir los activos existentes, integrar nuevas tecnologías de comunicación en función de las características del territorio atendido, simplificar la gobernanza de los datos y garantizar la calidad de la información, favorecer la escalabilidad operativa, gracias a una arquitectura modular e interoperable.
Invertir en la interoperabilidad y la integración de los sistemas no es simplemente una actualización tecnológica, sino una elección estratégica a largo plazo que incide directamente en la competitividad, la sostenibilidad y la calidad del servicio. Las empresas de servicios públicos que adoptan un enfoque abierto e integrado obtienen ventajas cuantificables en varios niveles:
La visión holística de la infraestructura respalda las estrategias de transición ecológica, facilitando la adopción de fuentes renovables, la reducción de pérdidas y la planificación sostenible de las inversiones.
La interoperabilidad es la condición que permite la transformación digital de las empresas de Utilities. En un ecosistema en el que todos los sensores, contadores y sistemas de información se comunican sin barreras, los datos se convierten en el verdadero motor de la eficiencia, la innovación y la sostenibilidad.
Las plataformas abiertas y agnósticas, como las de Terranova, permiten superar la fragmentación histórica y construir un nuevo modelo operativo: más conectado, más inteligente y más cercano a las necesidades del territorio y de los ciudadanos.
29/9/2025
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